martes, 28 de junio de 2011

Conservatorio De Las Rosas De Morelia


Introducción
El Conservatorio ocupa un papel protagonista en la vida cultural del estado de Michoacán. Aquí se desarrollan mas de 150 actividades académicas y artísticas anuales de primer nivel amén de festivales, seminarios, cursos, talleres y de su prestigioso curso de verano.
Por esta extensa trayectoria, el Conservatorio de las Rosas es hoy en día, la institución privada que más opciones ofrece en carreras musicales en México y, por su ubicación, se ha arraigado como la mejor opción para el estudio profesional de la música para la población del centro-occidente y norte de país.  Actualmente cuenta con 250 alumnos en los niveles medio superior y superior, donde más del 60% de su población estudiantil proviene de esas regiones geográficas. De esta manera, el Conservatorio es un proveedor natural de músicos de alto nivel para todo el país, siendo el índice de sus alumnos titulados uno de los más altos en este campo de la enseñanza artística nacional.





HISTORIA 


En el año de 1743 se fundó en la ciudad de Valladolid de Michoacán el Colegio de Niñas de Santa Rosa de Santa María, en el mismo edificio que hoy ocupa el Conservatorio de las Rosas. 

El inmueble había pertenecido anteriormente al Convento dominico de Santa Catalina de Siena, institución que destacaba en la antigua provincia de Michoacán por su intensa actividad musical. 

El Colegio de Niñas también se distinguió por el papel que en él desempeñaba la enseñanza de música, por lo que hoy es considerado como el antecedente más remoto del Conservatorio de las Rosas. 

El Colegio funcionó hasta 1870, cuando fue clausurado definitivamente después de casi una década de avatares y cierres parciales. 

El edificio fue entonces expropiado y destinado a diferentes usos por parte del gobierno.

Treinta años después, en 1904, se inauguró en Morelia la Escuela de Música Sacra San Gregorio Magno, con el objeto de otorgar una formación profesional a los músicos sacros. Nunca contó con instalaciones apropiadas y su existencia fue efímera: fue clausurada junto con otros colegios clericales en 1914. Pero ese mismo año se organizó en la ciudad el Orfeón Pío X, que representó la continuidad de la clausurada escuela, pues a los integrantes del coro se les proporcionaba una esmerada formación musical.

En 1921 el Orfeón se convirtió en la Escuela Oficial de Música Sagrada del Arzobispado de Michoacán, donde ya en 1926 se otorgaron los primeros títulos de “Licencia de Canto Gregoriano” y “Magisterio en Composición”. 

Entre los discípulos titulados en 1927 se encontraba Miguel Bernal Jiménez, quien al año siguiente fue enviado a Roma para especializarse en órgano y a su retorno ocupar la plaza de maestro de este instrumento. 

Su regreso significó el inicio de una nueva época en la enseñanza de la música sacra en Morelia. 

Entre 1930 y 1934 la Escuela funcionó en el edificio de las Rosas, pero fue nuevamente desalojada, por lo que continuó su trabajo en locales improvisados. 

A partir de 1938, ya bajo la dirección artística de Miguel Bernal Jiménez, se diseñó un nuevo y más ambicioso plan de estudios y la institución empezó a ser considerada como Escuela Superior de Música Sagrada y a otorgar, además del Magisterio en Composición y Licenciatura en Canto Gregoriano, la Licenciatura en Órgano. 

A partir de 1941 la Escuela se trasladó al edificio de las Rosas, pero fue hasta 1950 que, luego de constituida la Asociación Civil del Conservatorio de las Rosas, el inmueble fue cedido definitivamente a la Escuela, que con el tiempo se iría alejando de sus orígenes eclesiásticos y comenzaría a ser conocida como Conservatorio de las Rosas. 





PRIMERA ETAPA



En el año de 1743 se fundó en la ciudad de Valladolid de Michoacán el Colegio de Niñas de Santa Rosa de Santa María, en el mismo edificio que hoy ocupa el Conservatorio de las Rosas.
El inmueble había pertenecido anteriormente al Convento dominico de Santa Catalina de Siena, institución que destacaba en la antigua provincia de Michoacán por su intensa actividad musical.
El Colegio de Niñas también se distinguió por el papel que en él desempeñaba la enseñanza de música, por lo que hoy es considerado como el antecedente más remoto del Conservatorio de las Rosas.
El Colegio funcionó hasta 1870, cuando fue clausurado definitivamente después de casi una década de avatares y cierres parciales.
El edificio fue entonces expropiado y destinado a diferentes usos por parte del gobierno.








SEGUNDA ETAPA



Treinta años después, en 1904, se inauguró en Morelia la Escuela de Música Sacra San Gregorio Magno, con el objeto de otorgar una formación profesional a los músicos sacros. Nunca contó con instalaciones apropiadas y su existencia fue efímera: fue clausurada junto con otros colegios clericales en 1914. Pero ese mismo año se organizó en la ciudad el Orfeón Pío X, que representó la continuidad de la clausurada escuela, pues a los integrantes del coro se les proporcionaba una esmerada formación musical.
En 1921 el Orfeón se convirtió en la Escuela Oficial de Música Sagrada del Arzobispado de Michoacán, donde ya en 1926 se otorgaron los primeros títulos de “Licencia de Canto Gregoriano” y “Magisterio en Composición”.
Entre los discípulos titulados en 1927 se encontraba Miguel Bernal Jiménez, quien al año siguiente fue enviado a Roma para especializarse en órgano y a su retorno ocupar la plaza de maestro de este instrumento.
Su regreso significó el inicio de una nueva época en la enseñanza de la música sacra en Morelia.

Entre 1930 y 1934 la Escuela funcionó en el edificio de las Rosas, pero fue nuevamente desalojada, por lo que continuó su trabajo en locales improvisados.
A partir de 1938, ya bajo la dirección artística de Miguel Bernal Jiménez, se diseñó un nuevo y más ambicioso plan de estudios y la institución empezó a ser considerada como Escuela Superior de Música Sagrada y a otorgar, además del Magisterio en Composición y Licenciatura en Canto Gregoriano, la Licenciatura en Órgano.
A partir de 1941 la Escuela se trasladó al edificio de las Rosas, pero fue hasta 1950 que, luego de constituida la Asociación Civil del Conservatorio de las Rosas, el inmueble fue cedido definitivamente a la Escuela, que con el tiempo se iría alejando de sus orígenes eclesiásticos y comenzaría a ser conocida como Conservatorio de las Rosas.
Después de la muerte temprana de Miguel Bernal Jiménez, en 1956, queda al frente del Conservatorio el padre Marcelino Guiza.
El padre Guiza logró mantener viva a la institución enfrentando situaciones de enorme adversidad. Fueron sus colaboradores fundamentales en esa tarea los maestros Gerhart Muench, Bonifacio Rojas y Rubén Valencia, entre muchos otros. Sin embargo, el Conservatorio mantenía como misión fundamental formar músicos para el servicio religioso, lo cual, con los cambios introducidos en la liturgia por el Concilio Vaticano II (1962-1965), se volvió obsoleto. La música fue convertida en un factor secundario en el oficio, y la Iglesia dejó de requerir músicos altamente especializados en disciplinas como el canto gregoriano, la polifonía vocal clásica o el órgano.
En 1980 fue estructurado, de acuerdo a sus estatutos fundacionales de 1950, un Consejo de Asociados, integrado por distinguidos representantes de la sociedad civil moreliana.
El Dr. José María Pineda fungió como Presidente del Consejo hasta 1987, año en que cedió la presidencia al Sr. Manuel Contreras Reyna. El Sr. Contreras designó como director de la escuela al Mtro. Jesús Carreño uno de los más notables discípulos de Miguel Bernal Jiménez en sustitución del padre Guiza.
Este fue el primer paso para separar al Conservatorio de la Iglesia.





TERCERA ETAPA


La renovación iniciada en 1987 prosiguió con la restauración del edificio central del Conservatorio, que se encontraba casi por completo inutilizable.
El nuevo Consejo de Asociados y la comunidad de maestros tomaron conciencia de que era necesaria una transformación académica de fondo, que revisara la misión misma de la institución.
Fue a partir de entonces que el Conservatorio se enfocó a la formación profesional de músicos, al margen de todo objetivo religioso.
Los maestros Ana María Martínez y Eduardo Montes desempeñaron un liderazgo definitivo en el proceso.
A partir de 1990 ocupó la presidencia del Consejo de Asociados el Ing. Miguel Bernal Macouzet, quien duró en el cargo una década. Fue sucedido por Alfonso Mier, Francisco Johnson y, desde 2003, el L.A.E. Francisco Bernal Macouzet.
En 1992 fue designado director el maestro Eduardo Mata, quien contribuyó a dinamizar la renovación institucional. Otros músicos que ocuparon el puesto de director del Conservatorio son Manuel de Elías y Gerardo Cárdenas.
En 1994 inició su gestión al frente del Conservatorio el maestro Luis Jaime Cortez, exalumno de la institución.
En ese momento fue transformada radicalmente la planta de maestros, consolidando las diferentes disciplinas musicales. Ingresaron a la institución maestros mexicanos y extranjeros cuyo trabajo convirtió al Conservatorio en poco tiempo en una institución de vanguardia en la educación musical a nivel nacional e internacional. Mención especial merece, dentro de ellos, la Doctora Gellya Dubrova, maestra de violín, viola, música de cámara y pedagogía.
La maestra Dubrova, exalumna del afamado violinista y maestro David Oistrach, es un pilar académico del Conservatorio, gracias a su total dedicación a la música, a su amor por sus alumnos y por su formación.
Con una experiencia de más de 50 años tanto en su faceta de intérprete como en la enseñanza, cuenta con un gran número de exalumnos ubicados en diferentes partes del mundo en orquestas e instituciones de educación y cultura. Maestra del Conservatorio desde 1994, ha graduado en esta institución alumnos que hoy en día ejercen con éxito su carrera o se encuentran cursando postgrados en el extranjero.
El proceso de renovación del Conservatorio, sin embargo, era complejo y requería no solamente de la consolidación de la planta docente, sino también de una reestructuración total de los planes de estudio. Y todo ello no tenía sentido sin la construcción y equipamiento de nuevos espacios. Se fundó entonces una biblioteca especializada en música, se restauró el edificio colindante al claustro, lo que amplió la capacidad del Conservatorio en un cien por ciento; asimismo, se creó el área de percusiones, con una inversión en equipamiento que colocó a la institución a la vanguardia en la materia. Poco más tarde, se inició el primer Bachillerato en Música y Humanidades del país, dando organicidad a la formación de los estudiantes desde edad más temprana. Posteriormente se consolidaría la Licenciatura en Música con más de 15 especialidades.
El proceso de transformación se completó con la adquisición y restauración de un nuevo edificio en el complejo del Jardín de las Rosas, donde se crearon nuevas áreas de trabajo y una sala audiovisual, que permitieron multiplicar los recursos de la enseñanza.
Una figura fundamental del crecimiento del Conservatorio es el maestro Carlos Prieto, quien desde 1994 apoya de manera invaluable a la institución desde la presidencia de la Fundación Conservatorio de las Rosas.
El proyecto de crecimiento más ambicioso de la década de 1990 fue la construcción del Campus Carlos Prieto, un moderno edificio diseñado por el Arquitecto José Moyao, donde se crearon los niveles de preescolar y secundaria, que junto con la primaria ya existente, completaron la oferta educativa del Conservatorio. El proyecto académico de los niveles básicos se transformó de manera radical para dar paso a un modelo de educación integral con enfoque humanista, que incluye ciencias sociales, ciencias exactas, tecnología, inglés, deporte, música y artes.

En el mismo Campus se crearon los talleres artísticos y deportivos, un espacio ideal para el desarrollo de habilidades musicales, artísticas y deportivas a edades tempranas. El Campus Carlos Prieto es un proyecto único en México, y es uno de los grandes orgullos del Conservatorio de las Rosas.
Bajo la dirección de Cortez, que se extendió hasta el año 2004, el Conservatorio modificó también su organigrama, adoptando una estructura universitaria cuya máxima figura es el Rector, con dos Vicerrectores, Directores de cada nivel y Coordinadores de áreas.
En 2004 el Consejo de Asociados nombró como Rector a Germán Romero, quien hasta entonces se desempeñaba como Coordinador de la cátedra de Composición y maestro del Conservatorio.
A partir de ese momento se emprendieron acciones encaminadas a consolidar las estructuras internas de la institución a través de sus Consejos Académicos, Cátedras y Coordinaciones, y a reestructurar su funcionamiento tanto académico como administrativo, con vistas a continuar elevando el nivel educativo.
Asimismo se vigorizó la actividad artística interna, y se acrecentó la presencia del Conservatorio en la vida cultural de la ciudad y el estado.
Se creó un Programa de Extensión Académica que incluye desde talleres diversos para aficionados a la música hasta cursos de perfeccionamiento, residencias y clases maestras impartidas por prestigiosos especialistas, que están abiertos tanto a la comunidad conservatoriana como a la sociedad en general.
Con el objetivo de incentivar el crecimiento académico y artístico de la comunidad, se instituyó un Concurso de Interpretación interno y se implementaron programas de estímulos a proyectos de maestros y alumnos, que gradualmente comienzan a lograr su objetivo de promover la acción cultural de los miembros de la comunidad académica al interior y exterior de la institución.
El Conservatorio ha comenzado a tener presencia real en otros estados del país, como Sonora, Aguascalientes y Nuevo León, por medio de convenios firmados con otras instituciones académicas que facilitan que nuestros maestros y alumnos impartan cursos y ofrezcan recitales fuera de Michoacán.
El Conservatorio ha firmado en años recientes convenios con importantes instituciones educativas internacionales, como la Universidad de Texas en Austin, el Conservatori Liceu de Barcelona y la UNESCO, con quienes ha organizado diversos eventos de intercambio académico.
En enero de 2008, se designó al músico y compositor mexicano Javier Álvarez Fuentes como Rector del Conservatorio de Las Rosas.
Desde los primeros días al frente de esta institución, su experiencia en el ámbito académico internacional, y su visión moderna han determinado un nuevo rumbo, impulsando una mejora continua y renovando la imagen y propuesta del Conservatorio de Las Rosas.




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